no es tan fácil...






El viernes a la tarde teníamos listas las fotos, bien chulas, con un paspartú acorde a cada una y una trasera, para convertirlas en "colgable right now", pero (la vida de los "peros" es eterna), el viernes no sólo llovió a la mañana, también al medio día, a la tarde y a la nochecita... asi que, no pudimos instalarnos en la calle para la venta (tampoco es que llegamos a nuestra super casa gigante, con espacio para lo húmedo, lo mojado, lo seco y nosotros...).
El artista salió igual a recolectar imágenes; yo, con ánimos de rememorar otros tiempos, me metí en el cine a ver la peli de sex and the city (sí, recién ahora chicas! las extrañé).
El sábado, con los animos regados, nos levantamos tempranito para salir a trote... el lugar de la primera escala de "birali sale a la calle", fue a pocos metros del arco de Antigua, lugar emblemático de la ciudad (y del país, a nivel turístico).
Podemos catalogar esta primera experiencia de venta callejera como un éxito. No, no vendimos nada, pero fue otra forma de relacionarse con la gente: los que venden, los que compran, los que están de paso, los que visitan el lugar...
Claro que no iba a ser tan fácil, a mitad de la tarde (agradecemos que halla sido antes de la tormentota), un educado guardia del comité de la calle (acá todo es privado, hasta las calles, que tiene vigilancia privada y pública), nos dijo que si no dejabamos el lugar donde estábamos iba a venir la policia a decomisarnos antes de expulsarnos (un amor el tipo). Creemos que se vió impulsado a hacer esto (sí, a echarnos con amenazas) por el caudal de gente que se paraba a ver las fotos y a charlar con nosotros (creo que lo de la charla es lo que más garpa por estos lugares).
Silvando bajito, recolectamos todo y partimos en búsqueda de una galería de un tipo buena onda onda con el que estuvimos hablando para mostrarle las fotos, pero como no la encontramos (Antigua es recta, simple, cuadrada, pero no paramos de perdernos, eso es lo que la hace mágica) dimos un paseo hasta que el agua fuerte y decidía empezó a caer del cielo, dando una nueva señal: lo mejor era volver a casa hasta que parara, a tiempo para ir a la inauguración de una muestra que habíamos fichado para tomar un ron cola for free.

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