Tierra firme...

Tomamos el ferrie La Paz-Topolobampo, con el envión llegamos a dormir en Los Mochis, donde disfrutamos del confort de la modernidad y el agua corriente!
Nos tomamos la mañana con calma para emprender el viaje hacia Mazatlán.
Los desérticos paisajes de la Baja cambiaban por campos sembrados, nos cubría un cielo nuboso y -de a ratos chispeaba- (la humedad va tratando de hacerse amiga...). Hicimos pic nic rutero metiéndonos en un camino de campo, sacamos nuestras sillas plegables, nuestra conservadora y nuestro aceite de oliva, para disfrutar una ensaladita y un queso paceño.

A solo 50 km de Mazatlán, Jala Bien encendió su luz de alarma... ni bien encontramos un rincón que servía de banquina nos paramos: la manguera del radiador estaba pinchada. Ya vamos aprendiendo! Abrimos el capot para tratar de ver que pasaba y el líquido refrigerante estaba por todos lados, como es fluo, tardamos poco en ver de donde salía! Mientras pensábamos que hacer, vimos que el móvil tenía señal -por las dudas- pero lo ideal era llegar a la ciudad andando... así que por primera vez en nuestra vida, nos convertimos en mecánicos e hicimos un parche transitorio con un plástico de alta resistencia que alguien había tirado por ahí!

Un poco más despacio de lo que ibamos, llegamos sin problema hasta Mazatlán. Los semáforos y el tránsito de la ciudad pusieron en evidencia la precariedad del arreglo, pero la satisfacción de haber llegado nos dió la energía suficiente para averiguar cuanto costaba el repuesto, dar unas vueltas por el centro antiguo de la ciudad, encontrar hotel con garaje y salir a cenar.

Cabo Pulmo

Llegamos hasta Cabo Pulmo, un pequeño espacio que se guarda como parque nacional -por sus arrecifes de corales- viendo como toda la costa tiene un cartelito de "Propiedad Privada- Keep Out!".
Llegamos como expertos submarinistas, nos cambiamos y al agua pato! El mar estaba un poco revuelto por "Andres"*, asi que fuimos probando en distintos lugares para ver un poco que daba vueltas por ahí... Una playa solitaria, con arena y piedras, con peces, con sol, con la temperatura justa... un placer.

Decidimos hacer campamento en una playa unos kilómetros al sur (Los Arbolitos). Al llegar nos encontramos con un grupo de gente -con componentes argentos- que se había juntado a hacer un asadito ahí mismo; muy amablemente nos convidaron unos choris y unas papas a las brasas. Una de las chicas había hecho un viaje como el que estamos haciendo y nos contó un poco por donde había pasado.

Más entrada la noche, quedamos solos en el lugar. Bah, solos solos no; a la distancia -lejos lejos- se divisaban las luces de "Andrés".
*acá viene el asterisco!
Andrés, una tormenta tropical, que hizo amague de convertirse en huracán (medio desubicado y fuera de temporada). Estaba anunciado recién para el jueves y no llegaría más allá del Cabo San José.

Nos costó un ratito elegir el lugar justo para hacer campamento, la marea había crecido mucho y, a pesar de la hora, no dejaba de hacerlo. A esta altura, empezamos a preguntarnos, si sería buen plan quedarse con la tormenta amenazante?? Decidimos el lugar y le pusimos límites al agua, si seguía creciendo más allá del límite nos iríamos.
Tardamos menos en decidir que dormiríamos sin carpa, para poder ver el fantástico cielo estrellado que nos cubría.
Así que con un ojo en la orilla y otro en el cielo nos relajamos y dormitamos hasta que vimos que agua empezaba a bajar y pudimos dormir (medio) tranquilos.

A la mañana siguiente, ya estábamos listos para dejar a península. Desayunamos despidiéndonos de los arrecifes y emprendimos viaje a La Paz, para tomar el ferry al continente y practicar nuestro primer -virtual- cruce de fronteras: pasaporte en mano y documentos de Jala Bien no fueron suficientes: también hubo que dejar huellas dactilares y foto (no será mucho para un cruce interno??!!!)

Camino a Los Cabos....

El lunes salimos de La Paz, hacia el Pacifico, a Todos Los Santos, un pueblito que en teoría está repleto de artistas y surfers... puro mito; lo que sí tiene es playas amplias, divinas y el Pacífico, enorme y fresco (tardamos 45 minutos de un lado al otro, y bajamos 13 grados centígrados...).

Seguimos la ruta hacia Cabo San Lucas; acá si que no hay dudas, en esta parte de la península es como estar en USA (lo comprobamos con la aduana y los trámites para subir al ferry hacia el continente esta tarde): tarifas en dólares, caro y se habla ingles y se respira ficción.
A la mañana siguiente, salimos a dar unas vueltas más, para ver si cambiaba nuestra idea del lugar... justo, justo, nos hicieron una oferta que no pudimos rechazar: paseo en barquito con fondo de cristal, para ver el famoso Arco y la playa de los enamorados; también la del divorcio: donde se separan el Pacífico y el Golfo de California (no importó que no tuvieramos bañador ni snorkel ni cámara).
El lugar es genial, ideal... demasiado disney.

Seguimos viaje hacia el norte hasta El Cabo San José; el pueblo es más antiguo; pero está rodeado de mega complejos vacacionales... quedan muy poquitas playas públicas... nos quedamos el tiempo justo como para ver a los surfers y tomar un helado...

Más off road, esta vez en La Paz

Parece que nos persiguen con las carreras, espero que en la próxima nos toque subir a uno de estos autos!!!
Esta vez, ya somos un poco más ecologistas y pensamos en como destruyen toda la ruta en la carrera... igualmente nos sacamos el snorkel y dejamos Balandra (la playa preferida de Cousteau y la única que se protege y no se privatiza- aún- la imagen de una de sus piedras es famosa en todo el mundo) y seguimos al norte a Tecolote, donde llegan los carros del Off-Road Probaja 300 para sumar algunas imágenes a nuestra colección...






de Loreto a La Paz

Loreto es donde está la misión más antigua de BCS, desde ahí partían los misioneros a evangelizar toda la península... El lugar es un horno, un auténtico horno! hace un calor húmedo y horrible durante el día... y a la noche también!!! (donde dormimos había aire acondicionado, cuando lo prendíamos no escuchábamos ni lo que pensábamos!)
La ciudad es muy linda, a pesar de que hicieron una barbaridad de construcciones para turismo pudiente -y ahora que no hay ni pudiente ni menos pudiente se mueren de pena...
La ida a la Isla de (enfrente) quedó fuera de nuestro presupuesto.
Para llegar a La Paz hicimos 350 km más, pasamos por Ciudad Constitución donde volvimos a ver algo de agricultura...

La Paz vive! Hay gente por todos lados! Es un gusto! Tiene un malecón divino, un mar transparente lleno de peces de colores.
Estamos rodeados de unas playas fantásticas (donde nos entregamos a nuestro nuevo vicio: el esnórquel). (Por ahora no hay muchas fotos, nos la pasamos mojados)
me voy a ver el atardecer y vuelvo! (Juli se queda descansando un poco)





Mulegé

De San Ignacio; pasando por Santa Rosalía, llegamos a Mulegé.
En este pueblo viven unas 7000 personas (según nos dijo la mujer del hotel donde estuvimos 3 noches), de un lado del río los locales y del otro, los norteamericanos que hicieron sus casitas de retiro en este paraíso con desierto, palmeras, río, manglares y un mar genial.
Según nos cuentan, Jacques Cousteau anduvo bastante por el Mar de Cortés, si tenemos suerte veremos un poco el porque (no solo por las ballenas californianas que ya se fueron, ni por el tiburón blanco que todavía no llegó).

Avistamiento de aves

En toda la península hay muchas especies diferentes de aves, nosotros apenas distinguimos algunas formas y colores, vemos a las que pescan, las que planean, las que agitan las alas. En Mulegé, en una de las Misiones que quedan en BCS, nos quedamos un rato viendo como volaban unas que antes no habíamos visto (no les puedo decir cuales eran, pero parecen prehistóricas), se dejaban caer y volvían a subir empujadas por alguna corriente; lo fantástico era que eran muchas muchas, todas a la vez, entrecruzándose con en una danza... una cosa muy linda de ver, más aún en ese escenario...
claro que cada tanto había que acordarse que eramos expectadores sin ticket y sin paraguas para cubrirnos de la "buena suerte" que dejaban caer!

Lo que viene
Tentados por el mar y las promesas de Cousteau sobre la flora y la fauna, decidimos que este era buen lugar (por que había!) para adquirir nuestros equipos de snorquel y antiparras (=máscara de buceo)!
Ya estrenamos los equipos en una de las playas de la Bahía de Concepción y es un gusto
(alguna foto vamos a poner, solo para que también se rían uds.).

Nuestras pelucas!

Ensenada, tierra de vinos, de carreras off road, de tacos de pescado, de margaritas...
y de mi primera incursión como peluquera...

Las chapas de Juli pedían a gritos un corte, desde el casorio que ninguna tijera se le acercaba...
así que, hubo que hacerlo, fue una necesidad...
Al corte de barba, en el cual ya vengo mejorando mi desempeño (no vamos a poner fotos, pero la barba estilo mexicana le queda de maravillas pero no se preocupen, duró lo que tardé en contener la risa y terminar la afeitada), le sumamos el corte de las mechas...
Divertido fue seguro, al día siguiente le hice un retoque y ahora lo veo y está canchero.

El problema, fue detener el impulso (eso de la inercia no solo funciona en el espacio, también en un baño con una tijera afilada en mano), y sí, así fue. Ya mis mechas al hacer mi tradicional "nudo para que el pelo no moleste" armaban una escoba, de esas que ya ni sirven...
corté un poco y se sintió bien; así que un poquito más... hasta que ví como me miraba Juli y me dí cuenta que lo que hacía era muy peligroso... gracias a eso, está vez si que fueron "solo las puntas" no como cuando una va a la peluquería y pide eso y al segundo ve caer 20 centímetros de identidad sobre el piso..

Cuenta kilómetros

Tardamos 400 millas hasta encontrar entre los chiches de Jala Bien el cuenta kilómetros que pusimos en cero para que nos diga cuanto llevamos los tres juntos (Julián, Jala Bien y yo).
Así que siempre que lo vemos (generalmente para saber cuanto hay de ida a un lugar, o para ver si el nivel de la nafta es el que indica el medidor*) a lo que dice, le sumamos las 400.
Hoy marcaba 4.500 km, es lo que vamos recorriendo, a eso hay que sumarle también la parte del viaje en la que estábamos sin Jala Bien (desde la Ciudad de México a Chihuahua).
Al enorme D.F. llegamos el 11 de marzo, así que hace 3 meses y 5 días que estamos en México- eso nos hace pensar que la travesía se extenderá más de lo que pensamos en un principio.

Parece que estamos un poco distraidos con las fechas y tratamos de festejar todo el tiempo...
El 14 de Junio del año pasado, llegaba Juli con un bolso con libros y algo de ropa a Buenos Aires, para ver que hacíamos... hace un añito y unos días no nos despegamos..

*(el asterisco a algún lugar lleva... les cuento)
La mañana del cumple de Juli, - en Basaseachi, tierra de ley seca- al subir a Jala Bien, a quién manteníamos bien alimentado, el indicador de gasolina marcaba que quedaba muy poca... obvio, primera hipótesis para nosotros, acostumbrados a poner llave en las tapas (no como acá, que usan un botón desde dentro del auto, pero que si no lo apretás también se abre la tapa!) fue que alguien habíase servido de nuestro depósito lo que necesitaba (ni hace falta que cuente el humor que esto produjo contra el pueblito, la choza donde habíamos dormido y los vecinos)... Más allá de eso, tomando la hipótesis como buena, tuvimos que salir del pueblo antes de meternos en el parque de la cascada, en busca de una Pemex que nos abasteciera... oh sorpresa, a penas unos litros cupieron en el estómago lleno de Jala Bien! así que después de pedir disculpas mentales por los feos pensamientos para con los lugareños y aliviar el presupuesto del día; supimos que nuestro muy querido Jala Bien, puede mentirnos -sin mala intención- alguna que otra vez.

San Ignacio

Atravesamos el Desierto de Vizcaino (es muy llamativo estar sabiéndonos rodeados de mar en medio del desierto) lleno de cactus de distintos tipos que ya vamos diferenciando y de pronto, aparecen unas palmeras y un río, un oasis en medio del desierto, eso es San Ignacio.












El palmeral nos trae recuerdos mediterraneos, de oasis en el Sahara argelino, o el libio, y mas cerca aun, del palmeral de Elche, en Alicante, poblacion limitrofe a la tambien muy recordada estos dias Santa Pola, por las playas que estamos viendo.

Domingo de paseo y de beisbol...






Y aqui Marce, navegando con la nueva componente de la familia viajera, Rosarito...


De San Ignacio pasadita sin pena ni gloria por Santa Rosalía (donde llega uno de los ferrys del continente) y viaje directo a Mulegé.

Guerrero Negro

De Bahía de los Angeles a Guerrero Negro, en este lugar paran las ballenas californianas (obviamente en otra época, cuac) vienen de a miles y así se van...

Igualmente el lugar merece la visita...


pasen y vean...


Las salinas

El faro, ya sin uso, al igual que el puerto que se usaba para el transporte de la sal...
Al fondo, las dunas...


Mas desierto...



Esta es nuestra primera parada en Baja California Sur.
Guerrero Negro es la entrada a la reserva de la biosfera parque del vizcaino. Un sitio sorprendente donde se unen las salinas, el desierto, el mar, el estero...en fin, hay que verlo, se lo recomiendo.

La Transpeninsular- del Pacífico al Mar de Cortés



De San Quintin fuimos en búsqueda de las pinturas rupestres de Cataviña.
En el camino nos cruzamos con dos ciclistas que venían desde Tijuana (5 días llevaban pedaleando), paramos a fotografiarlos y más adelante a darles el blog para que vieran su foto, un camión nos obligó a que la charla social se abreviara, quién dice, nos volveremos a cruzar. Les deseamos suerte en su viaje. Animo!!!











Creimos que encontrar la cueva de las pinturas en Cataviña iba a resultar fácil, pero al llegar vinos un cartel gigante que decía: "entre con autorización y/o guía", como somos muy obedientes fuimos hasta el pueblo, donde 4 personas nos autorizaron diciendo: pueden ir por su cuenta.
Dimos vuelta hacia atrás por la transpeninsular que estamos recorriendo punta a punta, hasta el cartel que habíamos visto antes, se suponía que inmediatamente ibamos a encontrar la cueva, pero de no ser por un grupo de gente de la secretaria de turismo de Baja California Norte -que hacían de guía a gente de una revista española- nuestra media hora de recorrido por el desierto siguiendo senderitos que no llevaban a ningún lado no hubiese terminado.

Ni bien vimos su comioneta acercarse se iluminaron nuestras caras de alegría y fuimos tras ellos casi corriendo! Al llegar al lugar, sin más, nos incluimos en su grupo donde nos sentimos bien recibidos.




De las cuevas, después de un pic nic rutero, seguimos hasta Bahía de los Angeles.
Cuando empezabamos nuestro tradicional recorrido por las distintas opciones de alojamiento nos encontramos con el grupo de las cuevas; solo decidimos que habíamos encontrado nuestro lugar antes de verlo, al llegar a la Casa Diaz, donde nos recibieron con unas cervecitas frías para compensar el calor húmedo del Golfo de California. Saludos para el patron de El Trocadero, en Ensenada. Gracias por esas Sol heladas....

Ahí alquilamos una casita frente al mar, grande, luminosa y con unas vistas geniales. (tan geniales que uno se olvidaba de las paredes descascaradas y decadenes y de las cucarachas con las que convivimos las 2 noches que nos quedamos, je).
En este pueblito la actividad principal es la pesca deportiva (y eso hacían todos nuestros vecinos), nosotros nos limitamos a ver aves, el mar, las lanchitas, el desierto pegado al mar.

Parque Nacional San Pedro Martir- más camping...



una imagen,
más que mil palabras...
ya parecemos campistas profesionales!

camping con margaritas!

y por la mañana excursión con cámaras y agua!











y del Parque a San Quintin, una paradita para ver de que se trata...
una bahía, el centro agrícola de BC, una cama calentita...