Llegamos a La Esmeralda, ya casi de noche. encontramos un lugar perfecto para dormir, al lado de la playa. Durante la cena, los rayos que viene del interior nos avisan, de que si esa tormenta llega a la playa, será muy fuerte. Llovió, y mucho.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario