Tres noches nos quedamos en la isla que nos hizo recobrar la buena vibra… llegamos justo al último ferri y sin nada decidido, nos subimos con auto y todo, el viaje fue perfecto: las vistas de la costa, el lago “oceánico”, su inmensidad, su tranquilidad (bue, muchas olitas, pero no se sacudió tanto). Llegamos de noche, sin preguntar mucho nos cruzamos a Altagracia –una de las ciudades importantes (la “islita” tiene como 35 mil habitantes en pocos metros cuadrados).
Playa de Santo Domingo, aqui acampamos la segunda noche después de “hacer playa” tooodo el día…
Volcán Maderas
Nicaragua está lleno de volcanes, la isla tiene dos (cada uno tiene su propia isla y se juntan en un istmo de lava!) pero esperamos a este para hacer un intento de escalada (bue, no pretendíamos llegar a la punta de sus 1394msnm, pero sí subir un poquito. Nos pusimos las botas y empezamos la travesía; como siempre, bien preparados: cámara de fotos, un par de botellitas de agua y una bolsita de garrapiñadas, jeje, improvisamos de lo lindo!
A parte de lo genial de meterse en la selva y cruzarse con plantas y bichos de lo más extraño, al bajar (cansados y sudados) nos prestaron una ducha en la finca margarita (donde te venden el ticket para pasar).
Como curiosidad, para los viajeros con autos mexicanos, armense de paciencia para ver como les desmontan el auto…la policia nicaraguense te registra el auto a la salida del pais, rumbo al sur. |
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