Quetzaltenango y más allá: Fuentes Georginas


Quetzaltenango o Xela (abreviatura de su nombre original) es la segunda ciudad en importancia en Guatemala (económica, comercial y culturalmente). Y tal como decía la guía, tiene un tamaño justo: ni muy grande, ni muy pequeña. Su atractivo principal es su gran plaza -que nuclea edificios imponentes-, su teatro (donde vimos unos recitales la noche que llegamos) y los volcanes que la rodean.
Muy cerquita, pasando por Zunil, se encuentran las Fuentes Georginas, un complejo de aguas termales que salen de la montaña, para ponerse turquesa en 3 piletas donde uno puede bañarse y olvidarse de todo... llegamos subiendo montañas, pasando por parcelas sembradas que estaban siendo cultivadas por hombres y mujeres con sus trajes típicos.
La mañana se la habíamos dedicado a la ciudad y a Jala Bien (hicimos que lo vieran en un taller por el calentón, pero cuando quisimos ponerle un nuevo termostato no conseguimos, asi que solo le pusimos tiempo y algo de plata). Por estas latitudes, la mañana hay que aprovecharla al máximo, porque a la tarde se pone feo y llueve... igualmente, no nos importó llegar a las fuentes bajo la lluvia, ni darnos el primer baño con lluvia cayendo. (el contraste del agua fría por arriba y el agua caliente por debajo, nos dejaba en el medio de unos vapores increibles; ni hablar del paisaje que las rodea).
Quedarnos a dormir ahi fue la mejor decisión de los últimos tiempos, no estabamos preparados, pero nos quedamos e improvisamos (no teníamos ni una banana y el bar cerraba temprano). Nos quedamos hasta que los dedos se nos arrugaban en el agua, salíamos y volvíamos a entrar, hasta que la relajación fue tanta que dejamos el agua para ir a prender la chimenea de la cabañita para dormir calentitos.
Por la mañana hicimos a tiempo de dar un paseíto, desayunar y volver al agua! Después del último baño, mientras acomodábamos las cosas y devolvíamos la llave, nuestros trajes de baño encontraron nuevos dueño...y nos dejaron, por ahí pensaron que los dejaríamos solos al sol y nos olvidaríamos de ellos y les urgió encontrar nuevos cuerpos para cubrir... (mirá que nos podrían haber robado cualquier otra cosa! pero bue, fue lo que les gustó)




Ya estamos en Guatemala!!

Pasamos la primera frontera!!!
Nos despertamos en el idílico pueblito de Santo Domingo, hicimos la tarea (no recibimos la noticia que esperábamos, asi que a empezar de nuevo) y salimos a enfrentarnos con los temores de la primer separación entre paises (sobre todo, teníamos alguna duda sobre el cruce de Jala Bien). La frontera estaba repleta de desesperados e insistentes "agentes aduaneros", cuya función es incomodar a los funcionarios oficiales y a los que queremos pasar!! Salir de México no fue dificil (solo nos dejaron un rato pendientes, mientras los de aduanas -con la mejor intención- chequeaban si no iríamos a tener inconvenientes en caso de querer volver con Jala Bien). Migraciones de Guatemala fue una paz, el problema fue conseguir donde parar el auto mientras se hacen los trámites (la mujer de migraciones anunció: están oficialmente en Guatemala! cuando decidió que no nos iba a hacer esperar que el sistema volviera para ponernos el sello en los pasaportes -acá también se cuenga el sistema!!).
Pasar la siguiente Aduana fue un poco más complicado: piden copia del sello que te ponen en migraciones! y la fotocopiadora no siempre funciona: se corta la luz a diario!! (a esta altura ya estaba medio loca: mientras me hacian la copia del sello, pensé que había perdido el pasaporte!!! obviamente lo tenía la mujer de la fotocopiadora!). Entregados todos los papeles, pasando el auto por la "desinfección" oficial, habiendo pagado todas las tasas, entramos en Guatemala!!!

Las carreteras no son tan buenas como las que veníamos disfrutando en México, pero se ve la vida de los pueblos sobre ellas: uno se cruza con gente llevando leña (que sostienen con la cabeza), los chicos que salen del colegio van sin apuro por las rutas nacionales, los hombres pasan con sus machetes en mano; la carretera no se distingue de un pasaje peatonal en el centro del pueblo! Parecieran acostumbrados: es un caos, pero hay espacio para todos. Atravesamos varias sierras, algunas fueron con subidas muy marcadas y en una de ellas, Jala Bien decidió -al recalentarse- que sería ese el lugar para hacer un picnik: Julián fue en búsqueda de alimentos y yo me quedé con Jala Bien y al rato con unos hombres que paseaban ganado y les intrigaba quienes eramos.

Llegamos a Quetzaltenango con tiempo suficiente para encontrar donde dormir, dar varias vueltas y hablar con Julita por su cumple!

Santo Domingo- Volcán de Tacaná







Salimos de San Cristobal después de recuperarnos de la excursión a Palenque. La primera parada fue ni bien entramos en la carretera -bueno, retrocediendo un poco- para ver si conseguíamos parlantes para el auto (los delanteros empezaron a fallar, asi que nos apañamos con los traceros y los de las puertas), no los conseguimos... seguimos hacia el este, hasta que nos dimos cuenta que habíamos dejado el agua y un tupper con papaya preparada en la heladera del hotel... paramos y dimos vuelta. Parece que San Cristobal nos atrapa, pero no, escapamos a su hechizo y llegamos hasta Comitán, para ver su centro histórico, sus esculturas y almorzar frente a su plaza.
Esa noche, solo llegamos a dormir en Tapachula, la luz no nos permitió llegar hasta los pies del volcán. Disfrutamos (sufrimos?) un festival de bandas rockers de chicos en la plaza mientras dabamos la vuelta al perro correspondiente.

Temprano arrancamos hacia el volcán; paramos en Santo Domingo a tomar cafe, nos sorprendimos para bien del fantástico lugar que hace de centro turistico, video-bar y sobre todo de su galería rodeada de este escenario fantástico.
Fuimos más para arriba, a Unión Juarez, otro pueblito rodeado de cafetales y con unas vistas geniales al Tacaná. Comimos ahí, en un carrito de una señora que nos contó un poco como era la vida por ahí.


Pasamos toda la tarde instalados en la galería de Casa Grande en Santo Domingo, esperando novedades que no llegaron. A pesar de eso, el sol empezó a bajar sobre la espesura verde repleta de cafetales y palmeras; nos envuelve el sonido de insectos, pájaros y un poco más allá -casi de fondo- los rezos cantados de los fieles de -al menos- dos templos.
En este escenario idílico, con las guías de viaje sobre la mesa, vamos viendo los lugares a los que llegaremos (o no) en un tiempo no tan lejano.

Palenque -día de excursión

Hicimos lo que no habíamos ni pensado hacer: nos subimos a un tour programado por una agencia: la ecuación nos convenció porque nos costaba menos plata y no nos apetecía manejar los 220 km con sus 930 curvas que hay de camino. (medio bodrio ir a las corridas, pero bue, es lo que hay!) Nos pasaron a buscar 6.30 de la mañana, para empezar el recorrido y volvimos al hostel como a las 10 de la noche (agotador!!).
La primera parada a mitad de camino, con un mareo escandaloso, fue para tomar un cafe, que el chofer se hiciera un negocito y juntar fuerza para la siguiente parte, aún con más curvas y topes, que a la velocidad que iba este buen hombre era imposible no marearse aún más.

La primera escala de verdad fue Agua Azul, unas cataratas increibles, donde uno puede bañarse en su agua turquesa, ideal para erradicar el mareo del cuerpo y refrescarse gustosamente. Apenas unas horas fue lo que nos permitieron quedarnos, claro que nos quedamos con ganas de más: este es otro de los motivos por los que tomar un tour no nos gusta. Lo bueno es que la "desgracia" se comparte con el resto del grupo (si es un caso como el que nos tocó, donde la gran parte del grupo pensaba parecido a nosotros -eramos algo así como 20 en una combie). Compartimos nuestro baño en el agua azul con tres majas chicas que viven en Barcelona y que se iban a quedar más días por la selva lacandona, las tierras de los comandantes Marcos y Ramona. Los 5 fuimos los últimos en llegar al bus y no nos dejaron olvidados solo por cantidad!
La segunda parada: la cascada de Misol-Ha, que me hizo acordar mucho a la cascada que tienen oculta los de La Angostura (a la que sólo llegan los locales y las amigas de Clari!!).
Y de ahí, sin escala (y con más sacudida) al sitio arqueológico más grande de los Mayas: Palenque. Para completar el paquete, contratamos un guía para hacer la visita (hicimos grupo con las españolas y una parejita de Mérida); el guía trataba de manejarse con lo poco que sabía (medio ladri), pero nos ayudo a ordenar un poco lo que ya sabíamos y nos habló un poco en su dialecto.