No he podido escribir a medida que pasaban días y cosas, cosas y lugares, gente, amigos, lugares, situaciones... y quedará todo de la forma que quede en este diario semi público que llevamos de viaje.
(en el mapa de google, vamos poniendo donde dormimos cada noche, asi más o menos podemos rearmar la cronología, si -a caso- en algún momento importara).
Dejamos Biar después de acomodar la casa y hacer un picnik a los pies del castillo -que están restaurando y quedará aún más bonito en poco más- y bajo el solcito, que en esos días aparecía un poco timidamente... la idea original era llegar al día siguiente a Barcelona, pero hablamos con Ine y un examen de Catalán hacía preferible que llegaramos esa misma noche, para poder cenar tranquilamente.
Repetimos el camino que habíamos hecho hasta Valencia unos días antes para ver las fallas (se esmeran mucho en hacer unos muñecos increibles, en la mayoría hacen algún repudio a las autoridades, a algunas costumbres... son super interesantes) y soportar los tremendos petardos (parecen un toque bordes con la pirotecnia, no comulgo con eso).
De Valencia seguimos bordeando la costa y por carreteras secundarias, empezando a hacernos a la idea de que emprendíamos la travesía que había quedado parada en Panamá hace tantos meses: Jala Bien2, preparado con un colchón más que aceptable, un edredón bonito, varias cajas que hacen de ropero y otras de alacena, una conservadora pequeña y todo lo que no pudimos dejar porque creemos que necesitaremos en la vuelta a la península (o a una parte de ella, hasta que cambiemos de plan, de rumbo o se acerque la fecha del pasaje a Colombia).
Llegamos tarde a casa de Ine, nos perdimos todas las veces que nos podíamos perder: no entramos a la ciudad por donde teníamos que hacerlo, le dimos varias vueltas al porongón, consultamos a media ciudad hacía donde dirigirnos; finalmente llegamos.
Juli intentó conseguir un lugar para estacionar y me dejó en la casa. Nos tomamos la primera cervecita con Ine y Sean, Juli al ratito se sumó: terminó dejando el auto en la esquina, mal aparcado, con la tarea de levantarse antes de las 8 para reacomodarlo. Estacionar en las ciudades es muy muy complicado, o caro- claro, se puede pagar más y que sea más simple... nunca elegimos esa opción.. salvo en Pamplona (varios días después), pero unos minutos en falta fueron suficientes para que nos pusieran la primera multa de este año (antes de empezar la travesía panamericana, en nuestra pasada por Alicante, también nos multaron, pero fue por trasladar una escalera y no tener la itv al día... hace 2 días nos multaron por excedernos un poquito en la velocidad- pasabamos un camión, cuando el límite era 90, y terminamos de pasarlo con limite 70... que va a ser, casi no pasamos los 100km/h nunca, nunca condujimos tan despacio como estos días y justo nos encontramos con el poli escondido detrás del arbolito en un lugar donde el limite cambia medio irregularmente...)
La cena estuvo más que linda, la terminó coronando Seán con sus mojitos -nueva especialidad de la casa.
Salimos de paseo por Barcelona al día siguiente (que empezaba raro, con una ida a estacionar y un desayuno antes de oficialmente levantarno), caminamos hasta el centro, y ahi empezamos con la complicada tarea de quedar para almorzar, cambiamos la hora, para adelantarlo, subimos al metro para llegar a tiempo, pero se complicó e Ine tenía que quedarse...al final, cambiamos de lugar de encuentro y terminamos suspendiendo, porque la complicación oficinezca implicaba ambulacia, traslado, hospital, y un problema gordo de uno de los compas de oficina... Nos terminamos juntando en el piso, con unas pitasfalafel de la esquina...
A la tarde, visitamos a jalabien2, que estaba en lo alto del Guinardó, comoda y tranquilamente con sistas a toda la ciudad.
Cenamos los cuatro en la casa de los chicos y volvimos a disfrutar mutuamente de nuestra compañía (estuvo super lindo el reencuentro).
El día siguiente salimos a Girona. Nuestra primera parada oficial de estreno de Jalabien2.
Sigo en otro post...
es hora de disfrutar un poco más de la isla La Toxa, en Galicia, cerquita de Pontevedra, donde estamos esta noche, después de estar en su playa leyendo y tomando sol toda la tarde..
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