despedida de Mamu

Pocos días antes de su cumple
se fue Mamu.
la despedimos a la distancia
desde el Lago Petén Itza

la vamos a extrañar mucho.

Flores y el Petén Itza

Sorpresa: Flores es una isla!!!! cómo nos ibamos a imaginar que la ciudad que se usa de punto de partida para ir a Tikal era una isla!! muy pequeña, en reparación, pero super bonita. Llegamos agotados y nos metimos en un lugar super a desayunar y leer el diario (el cafe frio de la mañana y el bollo que habíamos comido en el viaje se habían evaporado del cuerpo). Seguimos el día a día de la situación de Honduras, para ver si podemos o no cruzar para seguir al sur.
Nos informamos un poco (pasamos también por la oficina de turismo, para saber que onda la zona), compramos algunas provisiones y nos fuimos al Remate, una aldea sobre el Petén Itza, el mismo lago donde está Flores, pero ya camino a Tikal.
El lago es precioso, se respira paz, uno se puede bañar y también se puede hacer alguna cenita romántica en el muelle a la luz de las velas y de algunos rayos distantes.

Conocimos ahi a María Luisa, una mujer fuerte y trabajadora de 90 años, que nos contó un poco como se vive por esos lugares rodeados de belleza y de mosquitos con dengue...

Cobán y alrededores

Cobán no tiene mucho encanto, es un núcleo comercial importante. Fuimos a ver una finca cafetera, aunque al hacer la visita guiada vimos que el lugar -más allá de las plantaciones- era solo una muestra de cómo se hacía antes el secado, lavado y demases del cafe... al final de la visita te dan el producto terminado, que nos hace reafirmar que -a parte del grano que se use- como se prepara el café es fundamental.
Seguimos viaje por una carretera de curvas entre cafetales y poblados hasta llegar a las puertas de las Grutas de Lanquin, agotados de las curvas y la ruta de tierra en la puerta nos quedamos durmiendo. Recién al día siguiente- después de bañarnos en el río, desayunar y visitar las grutas- nos enteramos que a solo 2 km más estaba el pueblo, es más a 100 metros había un hotel con lugar para acampar. Las grutas impresionan, a través de ellas nos metimos dentro de la tierra (ya sabemos que preferimos estar al aire libre!!).
Seguimos camino a Lanquín, donde, como era terreno dificil para Jala Bien, tomamos un bondie (bue, no era un bondie, nos subimos en una camioneta, en la parte de atrás, que es el transporte que usan los lugareños) para llegar a las pozas de Semuc Champey, unas cascadas de agua cristalina -parecidas a las de Palenque, aunque con un río que pasa por debajo de un puente natural de piedra caliza y otra diferencia, es que los monos de Guatemala son menos tímidos que los de Palenque y se presentan a saludar cuando se llega al parque. A la vuelta perdimos la camioneta y tuvimos que tomar un bus turístico, que salía la misma plata, pero ibamos cómodamente sentados y bajo techo (justo a la hora del aguacero!).

Como no tenemos límite, seguimos viaje... y tuvimos que parar por el agotamiento, la noche y las tormentas a dormir en la plaza de un pueblito (Chisec) de camino hacia Flores.

Camino a Rabinal: San Miguel Chicaj

Del volcán de Pacaya volvimos a Antigua, a recuperar las fotos de la galería -porque Birali salió a la calle y se guardó en una galería para no mojarse- y a la inauguración de una muestra que prometía ser interesante en el Centro de Formación Español (espléndido espacio super restaurado, con buenas muestras, con una biblioteca gigante, con wi fi, que usamos de oficina durante nuestra estancia en la ciudad).
La muestra fue tan buena como esperábamos, y el coctel de inauguración también estuvo bueno, fuimos con nuestros vecinos de camping.

De Antigua partimos hacia el oriente, nos enteramos que había fiestas en San Miguel Chicaj (un pueblito cerca de Salama) y hacía ahi partimos. Las fiestas de los pueblos son lo mejor que hay, la gente se pone sus mejores trajes y se reune, el ambiente suele ser el mejor para conocer cualquier pueblo.
Comimos en el mercado, vimos la feria y averiguamos un poco como eran los eventos del día: esa misma tarde había "jarapeo" (doma de toros: los audaces jinetes tratan de permanecer la mayor cantidad de tiempo sobre unos animales bravísimos, un espectáculo interesante: un baile como los toros, pero sin sangre ni muertes). 



Nos impresiono la cantidad de hombres armados (y los chiquitos igual a los grandes, pero con armas de juguete, imagen muy fuerte en ese contexto) y la mezcla del estilo cowboy con el de los aborígenes.


Seguimos viaje para ver la feria dominguera de Rabinal, con mucha gente y muy alegre. Dormimos en el parking de un complejo con pileta, de pura onda y a la mañana siguiente volvimos a la fiesta de Chicaj. Llegamos justo a un desfile de todo el pueblo: hasta los animales del zoo pasaban alucinando a los chicos y a nosotros.

                          

 

                                                                     

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Volcan Pacaya.
















Antigua está rodeada por tres volcanes, este, el Pacaya, está activo y se llega en una hora y poco al pueblo que está a sus pies (siempre que uno no se pierda). Llegamos temprano a la mañana y nos vimos rodeados -ni bien frenamos- de guias, parqueadores y vendedores de bastones; entre ellos había un chico de unos 12 años, muy lúcido que nos ofreció el patio de su casa para aparcar. Ahi fuimos. En seguida nos recibieron la madre y unos 10 niños más, todos familia -así se definieron ellos-. Dejamos a Jala Bien en el patio del rancho y dimos unas vueltas innecesarias por el pueblo de abajo -no en el último antes de la subida-; al rato -ya no era temprano- partimos hacia el volcán (sabíamos que lo recomendado era ir bien temprano o bien tarde, no hicimos caso). Después de una caminata agradable bajo la lluvia, llegamos al puesto de los cuidadores del parque donde hicimos un picnik. Y ahí mismo, a pocos metros más estaba lo que vinimos a ver! Para acercarnos más, caminamos entre lava fría (sepan que raspa, y si está muy blanda, es como arena; a medida que nos acercábamos al cráter, el calor se hacía más fuerte y ya no valía pisar en cualquier lado!). Había un par de lugareños admirando la lava caer (es bastante impresionante) y nos indicaron como llegar a donde se veía el río rojo más grande (más impresionante aún). Nos quedamos tanto, que se fue la lluvia, pero llegó la neblina!! no podíamos ver ni la punta de nuestros pies! (muy desesperante!). Logramos salir por puro instinto y gracias a un perro amigo que nos dió una pata.

Bajamos lentamente y esta vez, dimos una vuelta por el pueblo más alto (donde deben vivir menos de 100 personas y tienen fácil 3 iglesias, a parte de la cristiana).
Al llegar al rancho, la madre, nos ofreció unos tamales y nos abrió amablemente la puerta de su casa; pudimos ver como vivían y escuchar algunas de sus preocupaciones. Los chiquitos nos miraban con mucha intriga, asi que los entretuvimos un poco hablándoles y a la mañana siguiente Juli le enseñó a uno como sacar una foto (estaba fascinado!). Desayunamos ahí mismo, antes de salir nuevamente con rumbo a Antigua, para despedirnos.
La indiscreción: cuando quisimos salir a hacer un pis antes de dormir, dos de sus furiosos perros nos delataron (los muy malísimos no pararon de ladrar hasta que salió el dueño de casa a poner orden... medio incómodo!)

Antigua, amaneciendo.





















Parece que esta semana se revierte la sequía que estaba castigando a Guatemala (aunque es un poco tarde para la mayor parte de los cultivos, ni hablar del 48% de los chicos de 1 a 5 años que están desnutridos en este país)... ni bien pasa el mediodía se hace de noche y lluve con ganas (ya van muchos días que se repite la rutina)... Nosotros cada vez nos levantamos más temprano, no solo para ver los fantásticos amaneceres con el Pacayá humeante de fondo, sino también para disfrutar un poco de la ciudad antes que se vuelva agua...
Ahora les escribo mientras cargo la batería, desde la entrada del camping, desde las oficinas de la policía turística... quién lo hubiera dicho, no? Marce detras del escritorio de una comisaria... las vueltas de la vida...

Domingo.














no es tan fácil...






El viernes a la tarde teníamos listas las fotos, bien chulas, con un paspartú acorde a cada una y una trasera, para convertirlas en "colgable right now", pero (la vida de los "peros" es eterna), el viernes no sólo llovió a la mañana, también al medio día, a la tarde y a la nochecita... asi que, no pudimos instalarnos en la calle para la venta (tampoco es que llegamos a nuestra super casa gigante, con espacio para lo húmedo, lo mojado, lo seco y nosotros...).
El artista salió igual a recolectar imágenes; yo, con ánimos de rememorar otros tiempos, me metí en el cine a ver la peli de sex and the city (sí, recién ahora chicas! las extrañé).
El sábado, con los animos regados, nos levantamos tempranito para salir a trote... el lugar de la primera escala de "birali sale a la calle", fue a pocos metros del arco de Antigua, lugar emblemático de la ciudad (y del país, a nivel turístico).
Podemos catalogar esta primera experiencia de venta callejera como un éxito. No, no vendimos nada, pero fue otra forma de relacionarse con la gente: los que venden, los que compran, los que están de paso, los que visitan el lugar...
Claro que no iba a ser tan fácil, a mitad de la tarde (agradecemos que halla sido antes de la tormentota), un educado guardia del comité de la calle (acá todo es privado, hasta las calles, que tiene vigilancia privada y pública), nos dijo que si no dejabamos el lugar donde estábamos iba a venir la policia a decomisarnos antes de expulsarnos (un amor el tipo). Creemos que se vió impulsado a hacer esto (sí, a echarnos con amenazas) por el caudal de gente que se paraba a ver las fotos y a charlar con nosotros (creo que lo de la charla es lo que más garpa por estos lugares).
Silvando bajito, recolectamos todo y partimos en búsqueda de una galería de un tipo buena onda onda con el que estuvimos hablando para mostrarle las fotos, pero como no la encontramos (Antigua es recta, simple, cuadrada, pero no paramos de perdernos, eso es lo que la hace mágica) dimos un paseo hasta que el agua fuerte y decidía empezó a caer del cielo, dando una nueva señal: lo mejor era volver a casa hasta que parara, a tiempo para ir a la inauguración de una muestra que habíamos fichado para tomar un ron cola for free.