En Biar, jugando a la casita...
Una pasadita por San Martín y a casita.
Llegamos el sábado, hoy es jueves y seguimos estando quietitos y a gusto.
El sol nos mima estos días y la sierra nos invita a pasear.
Ya actualizaremos el blog, ya lo haremos.
San Martino
La bateria indica que tengo poco tiempo para poner estas líneas… (bue, vale enchufar la vaio al adaptador del auto).
Las señales dicen que acá no hay redes… (me dan chance de escribir, divagar, borrar y todo de este lado de la pantalla).
Estamos al lado de las dudas gigantes que preservan unos bichos del tamaño de los de jurassic park (Luti no podría ni verlos)
de fondo pasó recién Pasajera en trance, no estaba de visita hace tanto… ahora viene viernes tres agüjas…
será la onda retro que me llega al ladito del Atlántico??
Tuvimos un día raro, de esos que vienen cada tanto, de hacer un camino medio imposible, con una lluvia tropicalmente intensa, de kilómetros y kilómetros a través de pueblos anónimos y sin mucha gracia (después de un almuerzo genial –con una aparición estelar y breve del sol- en el parque con el premio portugués a los parques, al costado del Tajo, que se hace llamar Tejo en este lado: todo después de dejar Tomar –una grata sorpresa templaria para agendar y visitar de ser posible)… cuestión, llegamos al lugar puntual que creíamos que queríamos llegar, y recién ahí notamos que no era así como teníamos que estar; no valió la pena preguntar en un bar de viejos baba, no valió la pena inventar rutas complicadas… a veces, es mejor dejarse llevar, que poner un objetivo fuerte olvidando que lo que importa es el camino.
Es tarde, estamos solos en un lugar hermoso, ya comimos mejillones en el banco de la playa con el mar sonando acompasado, finalmente dejó de llover, es el momento de reencontrar paz.
After Pamplona
Enfilamos para Hondarribia, pero nos dimos cuenta que había algo de camino: no podíamos llegar hasta ahí sin disfrutar de las vistas de las colinas de guipuzcoa y menos aún sin pasar por el pueblo de mi nombre. Hace algunos años habíamos estado por aquí con Ine, en un pequeñísimo Smart habíamos llegado de camino de regreso de Donostia a Bilbao, pudimos dar una vuelta y tomar un cafe y al salir nos sorprendió una tormenta larga y densa que no nos dejaba ni ver en cual de todas las autovías que no debíamos habíamos caído.
Esta vez era distinto, el sol estaba a pleno, nos acompañó todo el camino; paramos en una de las vueltas del camino, al lado de un río, cerca de las ovejas vascas que andan por todos los caminos de este país, para hacer la primer sacudida oficial de Jala Bien2, que ya se iba adaptando a compartir tantas horas por día con nosotros. Llegamos sin perdernos a Lazkao, un pueblo tranquilo, con una cervecita fría esperándonos para brindar por el abuelo y seguir hacía el norte, casi pegados a Francia, donde nos esperaban Martín, Maite y los peques.
Llegamos a Hondarribia el sábado, sabíamos que era noche de sidrería y era una oportunidad buenísima, para ver el funcionamiento a pleno; después de almorzar fuimos a dar una vuelta por el pueblo: había más sorpresas, era la fiesta de la sardina y se había montado un escenario con músicos para que la gente bailara los pasos típicos.
La sidrería merece un punto aparte.
Genial. Se come de pie y de la fuente; en principio solo se degustaban las distintas barricas; hoy, se le suma la comida: para todos lo mismo y sin chistar, mesas largas y la gente en rotación permanente para poner un fondito de sidra en el vaso y cambiar de charla. El sábado fuimos con un grupo grande de amigos ajenos; cuando Martín dijo que de ahí se seguía de gira bolichera, pensé que era un chiste: error: de ahí a los bares (lugares oscuros, con música fuerte, mucha gente y mucho humo: como en todo el mundo!). Buenísima salida! El martes volvimos, en plan más tranqui, con los viajeros africanos… y de ahí a los bares, que tenían menos gente y dejaban que se pudiera hablar dentro y todo.
O Porto
La primera parada en Portugal fue en Aluvia, ahí nos bajamos de la autovía (la velocidad de los portugueses da la sensación de que uno entra y, empujado por los rapaces autos, no para hasta África), un pueblito pesquero, con una lonja medio deshabitada, un mar espléndido y unos juegos tipo gym al costado de la playa buenísimos (probamos todos, eso sí: un ratito). Seguimos bordeando el mar hacia el norte, paseamos por un pequeño bosque y unas dunas gigantes hasta que encontramos un lugar que pareció bueno para parar.
Era un gran parking frente al mar, de unas torres de departamentos de vacaciones (sin mucha gente por la época), al lado había un hotel con alguna gente y en el mar un trío de surfers. Cenamos en el auto tranquilamente, pero ya con los platos limpios vino un vigilante en bicicleta que le dio un par de vueltas al lugar y logró que nos sintiéramos en falta (creo que una pareja pasó y me vió saliendo del bosque con papel en la mano y me denunció como “gente extraña”… que feo), el guarda y su bicicleta desistieron de la tarea de encontrar algo extraño mientras nos quedamos tranquis dentro del auto. Más tarde, a lo lejos unos petardos, seguidos por unas sirenas y para coronar la relajación empezaron a aparecer autos que daban la vuelta al parking, sin duda adolescentes probando motores. Al rato quedó el mar, la tranquilidad, el viento y –claro- nosotros.
Por la mañana comimos un pomelo y unos bollos antes de buscar un café. El café de Portugal va muy bien, así que seguramente subamos un poquito la cantidad de cafecitos que tomemos estos días. Seguimos rumbo hacía O Porto (la segunda ciudad de Portugal- creo: la verdad es que estamos sin guía y no nos conectamos con facilidad, así que tocamos solo de oído y podemos desafinar un poco…), con el temita de las calenturas de JB no da para quedar en el embotellamiento matutino (recién entonces nos enteramos que es una hora más temprano acá, no cambiaron la hora o cambiamos de huso) y fuimos con un poco de cuiqui hasta que decidimos que un camino podía ser bueno para entrar y dejar en paz a JalaBien. No estábamos tan lejos, dejamos el auto a unos metros de un estadio de futebol y con las cámaras al hombro partimos en busca del centro de la ciudad? centro antiguo? viejo? histórico!! (nuestro portuñon deja mucho mucho que desear, pero cuando conseguimos un interlocutor con ganas de entender y un poquito de tiempo, sacamos algo de información.)
En el camino tomamos otro café para no perder la fe en la indicación que nos habían dado, y llegamos a donde queríamos ir (ya pondremos alguna imagen).
Paseamos todo el día y hasta chequeamos el correo desde JB antes de salir, sí, hacia el sur… vimos el mapa y una Ría – la de Oveira- llamó nuestra atención: se forma una delgada península de tierra que separa al mar en dos partes: en el medio algunos pueblos, una reserva natural y muchas dudas; desde San Jacinto escribo un poco la crónica, tratando de que en algún momento estemos al día.
Portugal
Recibimos la llamada de Pablo, nuestro mecánico de confianza en Baiona (muchas gracias Pablo), que nos decía que el primer problema era que el deposito de evacuación (se llama así?) del radiador estaba roto, y así no se puede saber si el ventilador no funciona por esto o por otra cosa, nos informa de algo que ya intuíamos, que los repuesto Chrysler son muy caros, y que podemos continuar, con cuidado, hasta que encontremos la pieza en un desguace.
Así que decidimos continuar, esperando que no sea mas grave la avería, y en un par de horas, con compra en Eroski y llenado el deposito de combustible(en Portugal esta la 95 como a 1.44 Euros el litro, muchísimo mas cara que el 1.21 de Galicia.
Entramos en una tarde ventosa y de ligera llovizna, después de comer en A Guarda, a la orilla del Miño. Y nuevamente vamos a ver la puesta de sol desde esta playa de Ofir. Mañana rumbo a Porto y lo que de.
Y ahora unas fotos de ayer (cuando todavía no cruzábamos el puente que une España con Portugal).
Dicen mis recuerdos infantiles que contra una de estas conchas de la iglesia de la Isla de La Toxa me golpee de chico…
Y esta era una playa, cerca de Sanxenso, sobre las tres de la tarde (al final me anime y me bañe, pese al frio del agua en Galicia).
Y estas, la cena con puesta de sol…en Baiona.
Baiona, esta mañana, saliendo…
De Girona a lo de Martin
Continuando con esta caótica de publicar entradas, por falta de tiempo, ahora volvemos al pasado.
Salimos de Girona, pasando por Pamplona (si, ya se, San Fermín es en Julio, pero no podíamos esperar tanto), ciudad por la que nos paseamos y donde pasamos la segunda noche en Jalabien.
Acabamos aparcando en zona de pago, no pudo ser de otra manera, pero como llegamos tarde, fue poco..al dia siguiente decimos poner unas monedas mas, para pasear tranquilos…al final nos descuidamos y por 10 minutos, nos multaron.
Asi se ve el amanecer desde Jalabien….
Y ya en la calle, algunas imagenes de esta linda ciudad…
Continuamos nuestra ruta y pasamos por Barbastro, ruta de vinos y bodegas(como curiosidad, en la ruta, justo en el desvío a una bodega, la guardia civil haciendo control de alcoholemia…y di 0,0 aunque a alguno de ustedes les cueste creerme…
Llegamos, ya de noche y por casualidad a Alquezar, pueblo que nos fascino ya en la primera mirada. Impresionante este medio moro, medio cristiano, pueblo medieval…
Mas camino….
Galicia
Tardamos en encontrar un lugar que nos sentara tan bien como este… estamos ahora, después de una hermosa caída de sol sobre el Atlántico (cosa extrañísima para lo americanizados que estamos).. el lugar no se puede creer: acantilado profundo y absoluto sobre el mar, algo de rocas detrás nuestro, las olas golpeando bajo nuestros pies; sentados los dos en un banco de plaza- en esta no plaza-plaza con pasto y la música del mar…
aqui sí que estamos a gusto, después de un día largo de no-lugares y de recalentamientos por un ventilador q no va bien de jala bien…
paseamos bastante hoy: amanecimos en una isla, con grandes hoteles en la playa de atrás, y con marisqueadoras frente a la nuestra… de ahí, a la playa que se formó en la unión de O Grove con el continente y a la ermita antes de llegar a Sanxenso (el lugar sin sentido, etimológicamente)… en Sanxenso paseamos por el puerto, por la ciudad y cuando quisimos ir a la sierra, jalabien nos mostró su descontento… ayer cambiamos el par delantero de ruedas (una la había hecho percha yo contra un cordón con bordes de acero) y hoy volvió a quejarse (no sabemos bien si por temor a no subir a un barco hacia Colombia, o por justamente eso). Paramos donde él quiso y para que se relaje sacamos el jamón, el queso, el tomate y comimos tranquilamente diciéndole cosas lindas al oído….
Parecía estar bien y fuimos a otra playa: hicimos plan playa y nos pusimos bañadores y fuimos a mezclarnos con la gente que despedía un cruel invierno en este domingo de 25 grados…. Tardamos un rato en acordarnos que las multitudes no son lo que más nos gusta…
Seguimos rumbo a Cambarro, donde dimos otro paseo (vimos la casa de los padres de Pérez Esquivel al lado de los horreos frente al mar); seguimos para no parar en Pontevedra (es gigante y no nos apetecía) y llegamos hasta aquí: Baiona, dimos una vuelta con Jalabien y él decidió que acá había que parar… se calentó de nuevo.
Casi sin querer, como nos pasa a menudo, caímos en este lugar fantástico a disfrutar de la puesta de sol…
El amanecer nos encontró en el mismo mirador. Con determinación nos vinimos al centro: JalaBien quedó en el taller para que chequeen la válvula del ventilador y nosotros en la biblioteca, aprovechando internet y leyendo.
cronología alterada...
(en el mapa de google, vamos poniendo donde dormimos cada noche, asi más o menos podemos rearmar la cronología, si -a caso- en algún momento importara).
Dejamos Biar después de acomodar la casa y hacer un picnik a los pies del castillo -que están restaurando y quedará aún más bonito en poco más- y bajo el solcito, que en esos días aparecía un poco timidamente... la idea original era llegar al día siguiente a Barcelona, pero hablamos con Ine y un examen de Catalán hacía preferible que llegaramos esa misma noche, para poder cenar tranquilamente.
Repetimos el camino que habíamos hecho hasta Valencia unos días antes para ver las fallas (se esmeran mucho en hacer unos muñecos increibles, en la mayoría hacen algún repudio a las autoridades, a algunas costumbres... son super interesantes) y soportar los tremendos petardos (parecen un toque bordes con la pirotecnia, no comulgo con eso).
De Valencia seguimos bordeando la costa y por carreteras secundarias, empezando a hacernos a la idea de que emprendíamos la travesía que había quedado parada en Panamá hace tantos meses: Jala Bien2, preparado con un colchón más que aceptable, un edredón bonito, varias cajas que hacen de ropero y otras de alacena, una conservadora pequeña y todo lo que no pudimos dejar porque creemos que necesitaremos en la vuelta a la península (o a una parte de ella, hasta que cambiemos de plan, de rumbo o se acerque la fecha del pasaje a Colombia).
Llegamos tarde a casa de Ine, nos perdimos todas las veces que nos podíamos perder: no entramos a la ciudad por donde teníamos que hacerlo, le dimos varias vueltas al porongón, consultamos a media ciudad hacía donde dirigirnos; finalmente llegamos.
Juli intentó conseguir un lugar para estacionar y me dejó en la casa. Nos tomamos la primera cervecita con Ine y Sean, Juli al ratito se sumó: terminó dejando el auto en la esquina, mal aparcado, con la tarea de levantarse antes de las 8 para reacomodarlo. Estacionar en las ciudades es muy muy complicado, o caro- claro, se puede pagar más y que sea más simple... nunca elegimos esa opción.. salvo en Pamplona (varios días después), pero unos minutos en falta fueron suficientes para que nos pusieran la primera multa de este año (antes de empezar la travesía panamericana, en nuestra pasada por Alicante, también nos multaron, pero fue por trasladar una escalera y no tener la itv al día... hace 2 días nos multaron por excedernos un poquito en la velocidad- pasabamos un camión, cuando el límite era 90, y terminamos de pasarlo con limite 70... que va a ser, casi no pasamos los 100km/h nunca, nunca condujimos tan despacio como estos días y justo nos encontramos con el poli escondido detrás del arbolito en un lugar donde el limite cambia medio irregularmente...)
La cena estuvo más que linda, la terminó coronando Seán con sus mojitos -nueva especialidad de la casa.
Salimos de paseo por Barcelona al día siguiente (que empezaba raro, con una ida a estacionar y un desayuno antes de oficialmente levantarno), caminamos hasta el centro, y ahi empezamos con la complicada tarea de quedar para almorzar, cambiamos la hora, para adelantarlo, subimos al metro para llegar a tiempo, pero se complicó e Ine tenía que quedarse...al final, cambiamos de lugar de encuentro y terminamos suspendiendo, porque la complicación oficinezca implicaba ambulacia, traslado, hospital, y un problema gordo de uno de los compas de oficina... Nos terminamos juntando en el piso, con unas pitasfalafel de la esquina...
A la tarde, visitamos a jalabien2, que estaba en lo alto del Guinardó, comoda y tranquilamente con sistas a toda la ciudad.
Cenamos los cuatro en la casa de los chicos y volvimos a disfrutar mutuamente de nuestra compañía (estuvo super lindo el reencuentro).
El día siguiente salimos a Girona. Nuestra primera parada oficial de estreno de Jalabien2.
Sigo en otro post...
es hora de disfrutar un poco más de la isla La Toxa, en Galicia, cerquita de Pontevedra, donde estamos esta noche, después de estar en su playa leyendo y tomando sol toda la tarde..
Girona
Abandonamos bcn y Marce me lleva a Girona (curiosamente hay sitios que mi amor porteño conoce y yo no), me quiere mostrar la ciudad del norte, y asi, llegamos a esta linda ciudad.
En las 48 horas posteriores a la publicacion de la anterior entrada, una multa de trafico y un reventon de neumatico desmienten la anterior afirmacion...asi que mejor callarse.
Eso si, disfrutamos de un magnifico tiempo en la Isla de Arousa. Y para quitarnos el mal gusto de lo de la rueda, una de navajas y una de pulpo, regadas con cerveza.
Pura suerte.
Sobre las 8 de la tarde, el sol pintaba con un verde intenso el color de los prados. Ya, a unos 60 Kms de Santiago, no pude resistir mas y me desvié por el primer camino que encontré. Ahora podía disfrutar de esta intensa luz primaveral.
Acabamos llegando a la confluencia de dos arroyos y decidimos dormir esta noche escuchando el ruido del agua.
Caminamos hasta la siguiente parroquia, con el sol dándonos en los ojos…al llegar, saludamos a unos vecinos que charlaban en la calle, tranquilamente, y un perro se nos unió al paseo. A la vuelta, nos enteramos que el perro no tenia dueño…este nos adopto como amos, pero solo por un rato.
Anoche, cuando cenábamos en Tapia de Casariego, una vez mas, mirando al mar, me daba cuenta del uso que le estamos dando al espacio publico…no recuerdo aprovechar tanto la calle como en este viaje americano-español…es un lujo poder disfrutar del mar, de la montaña, de las mejores vistas cada vez que queremos. Esas comidas sentados en el prado, mirando el mar y tomando el sol, es el mayor lujo posible…ni siquiera en un buen restaurant, con muy buenas vistas, se disfruta tanto.
Y aprovechar el espacio publico para todos los aspectos del viaje, como el aseo….llegar a una playa, incluso con este tiempo medio fresco aun, y darte una ducha con jabón en la ducha que dentro de dos meses servirá para quitar la sal a los bañistas.
Refrescarte la cara, los pies, la cabeza, y lo que sea necesario, en un arrollo de aguas limpias…parar a dormir en el sitio que mas te guste, en la montaña o en la playa, en el centro de la ciudad o en pleno campo…tal vez sea la manera mas antigua de viajar, seguir un camino, comer donde ataca el hambre y dormir donde llegue el sueño.
En fin, creo que tenemos mucha suerte, por que muchas veces caemos en un pueblo de pura casualidad, y casi siempre acaba gustándonos lo que nos encontramos. Por que, para ser sinceros, la única guía que llevamos es un mapa de carreteras totalmente desactualizado. Eso y nuestro deseo de ver y conocer.
Cantabria.
El tiempo pasa, las fotos se acumulan junto a las vivencias de estos dias.
Hace mas de una semana que abandonamos Barcelona, y durante estos dias paseamos por Girona, Huesca, Donosti,Bilbao, y ahora Santander. Muchas noches de dormir en Jalabien II, en el sitio que mas nos agradase, casi siempre en la playa, o en la montaña, o en el centro de la ciudad. Y unas cuantas noches disfrutando de la hospitalidad de Martin y Mayte y de sus niños, en cuya casa añadimos unos kilitos de mas a nuestros cuerpos, peso que reduciamos despues con las largas caminatas por los alrededores de Hondarribia…gracias chicos, por vuestra hospitalidad.
En este momento escribo desde el puerto deportivo de Suances, donde casi seguro pasaremos la noche, rodeados de barquitos. Hoy paseamos un poco por Santander, y disfrutamos de playas cercanas….bue, se que es un salto adelante, que me dejo mucho por contar(vendra despues), pero tantos dias sin escribir, ya no se por donde empezar, asi que comienzo con imagenes playeras y de surf…en otro momento retomaremos el orden cronologico…en fin, aca van algunas fotos….